jueves, 17 de noviembre de 2011

Hinco la rodilla...





... y reconozco que estaba equivocado con el nuevo disco de Wilco, The Whole Love. Si ya con su  anterior lp, titulado de forma homónima, Jeff Tweedy y compañía me dejaron bastante frío y con una sensación de estar con el piloto automático puesto, su nuevo lanzamiento parecía seguir sus pasos y se echaba de menos la frescura que destilaba su sexto disco, el maravilloso Sky Blue Sky. Pues bien, en contra de lo que se suele hacer actualmente, por culpa de la cantidad de información que, en forma de disco, nos encontramos en la red, decidí no dejar de lado esta nueva publicación y darle una oportunidad y puedo decir que es lo mejor que he podido hacer. Desde ese Art of Almont con un final que hace levitar, donde la banda da suelta a su vena más psicodélica pasada por el filtro de unos Radiohead, nos encontramos un conjunto de canciones que se mueven como pez en el agua entre el folk, rock o el pop cercano a los Beatles como en el comienzo de Capitol City. Y además joyas como Black Moon( tremenda la guitarra durante toda la canción), o la pegadiza Born Alone. Pero lo más destacable del disco lo encontramos en sus últimos doce minutos: One Sunday Morning. Una canción que solo podían hacer Wilco. Una frase de guitarra que se va repitiendo durante todo el tema mientras Tweedy susurra la letra de la canción y con la que abrieron parte de su gira española de hace unas semanas.






Solo queda celebrar la vuelta, aunque en verdad es que nunca se fueron, después del pequeño desliz de su anterior disco. Posiblemente, junto a los Black Crowes, el grupo en activo que hacen que esto del rock siga en pie.